‘Historias de Entrevías’ pretende ofrecer un paseo por la vida de este lugar y sus gentes. Entrevías es uno de los barrios del actual distrito Puente de Vallecas de Madrid, que a principios del siglo XX no existía.
Aunque, según leemos en la introducción de ‘Historias de Entrevías’, este libro, no es un libro de historia. Ya que Sixto Rodríguez Leal no es historiador ni lo pretende, solo es un lector de historia, algo que le gusta bastante y, en sus propias palabras: «entiendo que nada de lo que haya sucedido puede borrarse».
Asimismo, ‘Historias de Entrevías’ pretende ser un intento de contrarrestar el hartazgo de las visiones que de este barrio vallekano y de sus gentes dan los medios de comunicación. Así como de los estigmas varios que se les achacan y de los que no son más que ‘conejillos de indias’, con los que como se decía antes «experimentar las nuevas técnicas de control social».
«Hoy Entrevías, aún cercada geográficamente por las vías que gestionan el tráfico de trenes hacia el sur y el este, aún con una población de realojo de primera o siguientes generaciones, con el establecimiento de nuevos vecinos procedentes de otros países que encuentran todavía posibilidades de instalación en este tipo de barrios, a una parada de tren de Atocha, el propio centro de la ciudad, es un barrio como otro cualquiera, en espera de que intereses económicos lo transformen.
Pero la historia pesa y hay todavía en el barrio muchos vecinos que la han producido con sus vidas y por eso, el barrio mantiene todavía una identidad específica. La identidad resultante siempre del orgullo que conlleva el esfuerzo de muchos para la mejora de sus vidas y de su entorno. Ese orgullo que reivindica su origen y abandera los tiempos difíciles sabedores de que los han dejado atrás. ¡Soy de Entrevías! ¡Soy de Vallecas! Es un grito que expresa que, a pesar de todo, se ha sobrevivido; que, a pesar de todo y contra todos, la supervivencia ha dependido de uno mismo. Es la satisfacción de los que logran propósitos imaginados, que hacen realidad sus sueños pasados y sin más ayuda que su propio trabajo y su particular esfuerzo